por Juan Weber
Son muchas las señales emitidas por los animales, un tanto complejas y difíciles de interpretar en muchas de las ocasiones. Por tanto, lo más importante para una buena socialización es conocer la sensibilidad del cachorro ante dichas señales emitidas por sus congéneres.
Para que esto ocurra, deben tener todo tipo de experiencias sociales y ambientales desde una edad muy temprana, siendo la edad más crítica entre los 2 y 5 meses.
En esta edad deben experimentar el máximo de sensaciones positivas posibles, ya que las negativas pueden tener mayor repercusión en su carácter a una edad adulta.
Es aconsejable acostumbrarles a todo tipo de ruidos, gente, objetos externos, otros perros, etc… De no ser así podrían desarrollar conductas sociales inapropiadas, que resultarán, si no imposible, muy difícil de modificar en muchos de los casos.
Esto también puede repercutir en el comportamiento reproductor al no saber entender correctamente las señales emitidas por la hembra, debido al miedo o la timidez.
Una parte primordial para un buen desarrollo es el juego, ya que este imita gran parte de los elementos de las conductas sociales. Por lo cual, es importante el juego tanto con nosotros como con otros congéneres de diferentes razas y edades, ya que las señales varían de unos a otros y el desarrollo será lo más completo posible.
Todas las razas deben ser socializadas, bien es cierto que unas necesitan mas apoyo por nuestra parte. Y una de ellas es el Schnauzer Gigante.
Explicaré como llevar a un cachorro de Schnauzer Gigante a una buena y equilibrada socialización.
El Schnauzer Gigante es un perro con un carácter muy especial, y es por ello que la socialización debe ser tratada también de forma muy especial. El Schnauzer Gigante, como buen perro de guarda que es, tiene un nivel de instintos muy elevado, el cual debemos saber manejar con delicadeza, ya que cualquier error por nuestra parte podría crearle un conflicto y repercutir en su carácter.
Es importante saber el umbral de inseguridad, vital para su buen y equilibrado carácter, y saber canalizarlo de la mejor forma posible.
También deberíamos tener una referencia de origen del ejemplar en cuestión, ya que estas nos facilitará mas conocimiento a la hora de actuar con el cachorro. Todas las razas tiene conductas en común, pero no nos debemos olvidar nunca que cada perro es único y diferente.
El Schnauzer Gigante es un perro muy sensible y cariñoso y, sobre todo, muy fiel al dueño. Esto significa que si se tiene una buena armonía en la relación con él, tendremos un amigo para toda la vida.
Por ello es importante nuestro manejo en sus diferentes etapas de su desarrollo, sobre todo hasta que alcance la madurez, y saber enseñarle lo bueno y malo con delicadeza y rigor.
Ahora voy a contar un poco mi experiencia con esta raza y mi forma de llevar a cabo una buena socialización.
Primero me informo un poco de su genealogía, ya que esto me puede dar algún dato. Una vez que llega a su nueva casa, no le saturo y le dejo que se adapte él mismo, que analice la situación, ya que todo es totalmente nuevo fuera de su entorno, la madre y hermanos.
Lo que mas me gusta es analizar y grabar sus primeros días y primeras reacciones ante el mundo. De ahí puedo sacar algún detalle más tarde.
El haber tenido el honor de tener a varios cachorros a la vez, de la misma edad y raza, me ha enseñado mucho. Lo que les hago es ponerles estímulos de todo tipo o hacer el mismo paseo con cada uno y ver como reaccionan por separado. Las primeras impresiones muchas veces son las que más cuentas. Por eso creo que es muy bueno grabarles. Con esto puedes analizar muchas de las conductas más primitivas.
Poco a poco les voy cambiando las cosas de lugar y pongo nuevas y diferentes, a igual que ruidos.
No es lo mismo hacer esto con un cachorro de 2 meses de edad que con el mismo a los 4 meses. Por ello, voy haciéndolo de forma gradual y consciente de sus limitaciones.
Desde los 2 a los 4 ó 5 meses les muevo todo lo que puedo a sitios y ambientes totalmente diferentes unos de otros. No todos reaccionan de la misma manera, por lo cual con unos avanzas más rápido que con otros.
Pero lo más importante es no ser impaciente y dejar que él mismo resuelva sus inseguridades y, sobre todo, respetar las etapas críticas.
La paciencia y el buen manejo y, sobre todo, saber premiar sus buenas acciones en el momento justo, es la clave de una buena socialización.
Una vez superada esta fase con éxito, nos deja el campo libre para continuar con la fase de educación, tema que se tratará en próximos artículos.
Espero os haya servido de ayuda para saber la importancia que tiene haber socializado a nuestro cachorro de forma adecuada.
Juan Weber
“Hubercan”
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